miércoles, 3 de agosto de 2011

Gazpacho de cerezas (Comunidad Mediterránea: Asuntos religiosos)

Gazpacho de cerezas (Comunidad Mediterránea: Asuntos religiosos)

Crudos, con piel, auténticos
de la huerta
Receta de gazpacho de cerezas
Ingredientes: (4 personas)

Un kilo de tomate maduro
400 gramos de cerezas de La Almunia de Doña Godina
Un pepino
Un pimiento verde
Una cebolla tierna D.O. Fuentes de Ebro
Una cabeza de ajos
Aceite de Oliva Virgen Extra D.O. Bajo Aragón
Sal y pimienta


Elaboración:

Es habitual la tradicional exaltación de la trilogía mediterránea al transmitir las excelencias de nuestra despensa. Sin desmerecer el cereal, la vid y el olivo, defendemos desde aquí que los productos de nuestra huerta son de tanta categoría como los mejores. Por ello se hacía necesaria una receta que combinase los sabores y riqueza de nuestras frutas, verduras y hortalizas, y que de paso nos ayudase a superar los calores que el verano nos arroja. Del mismo modo, pensamos que una receta fresquita facilitará la digestión de las incendiarias líneas que vienen a continuación, que seguro calientan de indignación al creyente en sortilegios religiosos y encienden el alma revolucionaria a anticlericales viscerales como nosaltres.

En primer lugar lavaremos todos los productos con agua fría, limpiando de dura tierra toda su superficie. Téngase en cuenta que todos ellos se van a utilizar sin pelar con el fin de conservar todas sus vitaminas y sabores originales. Trocearemos todas las piezas en gruesos pedazos y deshuesaremos las cerezas e iremos llenando un recipiente en el que después trituraremos todo el conjunto. La única salvedad será la de la cabeza de ajos, pues para aquellos que no hayan aprendido todavía a disfrutar del fuerte y mediterráneo sabor del ajo crudo, se les va a permitir la licencia de escalibarlo un poco. Si se quiere atajar el proceso basta con introducir la cabeza de ajos treinta segundos en el horno microondas. Así se suaviza el sabor para los paladares más finos.


Textura ligera o cremosa.
La miga de pan es la clave
Con todos los ingredientes en el recipiente pasaremos a triturarlos. Si se quiere conseguir un resultado más cremoso y espeso es el momento de añadir un poco de miga de pan. Nosotros hemos decidirlo consumir el gazpacho ligero de textura y contundente en sabor. Una vez triturado aliñaremos con sal, pimienta al gusto y una buena cantidad de aceite. Opcionalmente y como guiño al sur mediterráneo, siempre de preferencias más calóricas, podemos adornar la receta, una vez ya en el cuenco individual, con huevo duro y jamón de Teruel picado muy fino. Una rociada de perejil fresco recién picado servirá de colofón al estival plato.

Nota de cata:

Para los puristas del maridaje canónico, las frutas y verduras crudas son de difícil combinación con un buen vino. En respeto a sus consejos, ya que tantas veces los ignoramos, probaremos una combinación algo atrevida. Vamos a importar un cocktail de larga tradición inglesa como símbolo de hermandad con nuestra Comunidad Mediterránea. El Gimlet es una combinación fría de ginebra y zumo de lima. Utilizaremos cuatro partes de Bombay Saphire por una de zumo de lima recién exprimido. Añadiremos hielo y una corteza de la fruta utilizada. Es peligrosamente traicionero, arriesgado y adictivo. Uno de los placeres que vale la pena salir a buscar fuera. Salut my friends

Gimlet, maridaje perfecto.
Nacido para el gazpacho

Comunidad Mediterránea: Religión

Cuando se trata de desnudar al habitante del Mediterráneo y sus orillas, para que aparezca el verdadero ser humano y su esencia común, encontramos en el hecho religioso una oposición de gran enjundia. Tratamos de encontrar las características comunes que unan, y no disgreguen, a todos los miembros de la futura Comunidad en ciernes. Históricamente las religiones no sólo han sido responsables conscientes de guerras; genocidios; creación de fronteras y símbolos nacionales; encubridora de regímenes opresivos; usurpadora de alimentos básicos para la población en forma de impuestos y dadivas; fundamento ideológico de absolutismos, totalitarismos, dictaduras y fascismos; usurpadora de libertades individuales propias del ser humano; animadora de aventuras bélicas y conquistadoras  a cambio de la exclusividad del poder ideológico; sino que su carácter negativo con el prójimo es lo que más nos dificulta la labor de liberar al ser mediterráneo.
Tres son las religiones más habituales en nuestra cuenca y muchos los rasgos que coartan la libertad individual y dificultan la convivencia entre los distintos pueblos. Una enumeración de los mismos hará reflexionar al lector sobre la necesidad y urgencia de relegar al hecho religioso al lugar de donde nunca debía haber salido, el ámbito privado. Aunque lo cierto, por no pecar de hipócritas, estamos completamente convencidos de que si se le arrebata la influencia política, el poder terrenal y el monopolio de la moral pública, las tres religiones que asolan nuestras tierras tendrían los días contados. Tan endebles son sus dogmas espirituales que serían incapaces de sobrevivir sin los privilegios públicos que han atesorado durante siglos de opresión, censura y oprobios a la libertad humana.

Tres ejemplos de dogma e intransigencia: judaísmo,

cristianismo,

e islamismo
Primero el judaísmo, después el cristianismo en su versión católica u ortodoxa y por último el islam no han disminuido su esfuerzo por hacer desaparecer las cualidades del espíritu mediterráneo. Todas ellas han luchado contra la libertad del individuo inculcando la conciencia del rebaño, de la grey, digna de animales pastoreados por sus amos y perros adiestrados. Todo está decidido de antemano. Todas ellas ningunean esta vida, minusvaloran el mundo y todos los frutos que nos ofrece, coartan las infinitas posibilidades que el hombre encuentra a su alrededor. La consideración de este mundo como un lugar de tránsito hacia el verdadero, del cual sospechosamente nada podemos saber, relega a la búsqueda de la felicidad a un valor casi egoísta, sustituido por una carrera por los puntos que permiten la entrada al paraíso.  La filosofía del esclavo se ha generalizado y debemos encontrar las armas que esgrimió Espartaco para liberarnos de las cadenas. Cual Semana Trágica barcelonesa debemos alzarnos contra su control terrenal y espiritual. El espíritu anticlerical pervive en nuestra sangre aunque adormecido por inanición. El enemigo es fuerte, está por doquier, pero como todo enemigo que basa su estrategia en la fuerza, tiene un punto débil. Encontrar el talón de Aquiles de las tres religiones no es tarea fácil. ¿En que basan su poder las tres manifestaciones monoteístas? Tenemos claro que no es en lo que ellos denominan la Verdad, pues es un hecho que con ella sola ninguna religión ha sobrevivido a sus víctimas. La base de su poder se asienta sobre el miedo. Ésa es la clave. Pero ni siquiera el miedo al castigo divino en el más allá ha sido suficiente para su supervivencia. Han desarrollado mecanismos de castigo en nuestro terruño para los disidentes de su tiranía. Alianzas seculares con el poder terrenal, con preferencia a regímenes autoritarios y Estados totalitarios, por la facilidad del control, han otorgado la posición ventajosa en la que hoy se haya.

Que su poder se fundamenta en el miedo,
sobran palabras.
Semana Santa en Zaragoza
La solución, si el análisis ha sido certero es fácil. Si a un niño se le disipa el miedo nocturno con un poco de luz y un abrazo, encendamos una gran luz sobre nuestro mar y abracémonos como los hermanos que somos. La libertad de un despoja al individuo de temores como la llama de una vela lo hace sobre el sueño del niño. Pero la libertad no se adquiere de manera innata cuando hace tanto tiempo que se perdió. Dos son los mecanismos por los que puede volver a ser la expresión máxima del alma: la educación y la experiencia de su disfrute responsable.
Liberar la costa norte del Mediterráneo del excluyente y mesiánico cristianismo y sus iglesias, el reducto judío enquistado en la, tantas veces vejada, Palestina y el combativo y victimista islam norteafricano, engrandecería a sus habitantes y abriría un porvenir alejado de visiones apocalípticas, mitológicas y represivas. El ser mediterráneo jamás ha buscado su paraíso en otro lugar distinto al que habita. Amantes de la buena vida, no se resignan a disfrutar los placeres que nos ofrece la naturaleza en otro momento. Si llega el juicio final nos declaramos culpables de buscar la felicidad, velar por el bien común y respirar con libertad la brisa que nos traen las olas bajo el sol que curte nuestra piel.  

Símbolos difíciles de olvidar
Para ir concretando los ámbitos de lucha contra el control social que ejercen las iglesias en sus ámbitos territoriales comenzaremos con la escuela. Arrebatar la enorme influencia de las iglesias en materia educativa sería un paso de gigante en nuestro objetivo. La nueva valorización de ciudadano, que se relaciona con el otro según parámetros naturales de respeto y reconocimiento, se hace necesaria desde nuestros sistemas escolares. Es ese uno de los campos de batalla donde no debemos escatimar esfuerzos.

Nuestros representantes se entregan
a su voluntad sin nuestro permiso
 El campo de los símbolos sería otro de los más importantes. Vemos crucifijos sobre los escritorios de representantes elegidos por mayoría, que no es lo mismo que democráticamente. Rezos, eucaristías y todo tipo de ritos religiosos acompañan cotidianamente a los actos cívicos y políticos como imposición desde los organismos dirigentes. Oficios religiosos en cuarteles, hospitales, colegios, residencias de ancianos, tanatorios no son extrañas en estos tiempos oscuros. Vertebración del calendario laboral y escolar en base a parámetros religiosos en vez de racionales. Apropiación indebida de todo tipo de festividades populares de origen ancestral, que son pasadas bajo el tamiz religioso y quedando sacralizadas. Así, lo que en origen eran celebraciones en honor del sol, del renacimiento de la naturaleza, de la rotación de la Tierra y la Luna, ritos propiciatorios de caza, pesca y recolección, llamadas a la fecundidad, culto a los antepasados, etc… quedan relegados a la exaltación de mitos y leyendas del todo ajenas a la verdadera tradición mediterránea. La eliminación de todas esas intrusiones en actos y lugares públicos no sólo es oportuna sino imperiosa. Su rechazo total por parte de la población y su arrinconamiento por parte de las instituciones es el único camino posible para la victoria.

Plaza de la Santa Cruz.
En homenaje explícito a
los sublevados del nacionalcatolicismo

Fanatismo y sentido de rebaño
Otra lucha se ha de lidiar en el terreno de la ocupación del espacio físico público. Entre otras la ocupación gratuita y subvencionada de terreno público; el mantenimiento económico de sus instalaciones y obras de arte, restauradas la mayor parte de las veces con cargo a nuestras finanzas sin contrapartida alguna; la conservación y expansión de símbolos religiosos en nuestras calles, comenzando por el nombre de muchas de ellas y llegando a monumentos e iconos urbanísticos que infectan nuestras localidades; la ilegítima ocupación de nuestras calles por parte de sus anquilosadas ceremonias, procesiones, peregrinaciones, actos de fe, eucaristías, rezos, encuentros religiosos, sin el consentimiento de la ciudadanía, que ignorada por la administración ve dificultada su vida cotidiana por tales aberraciones estéticas, por no incidir en el agravio comparativo con otras organizaciones cívicas no religiosas que encuentran dificultades insalvables para realizar sus actividades callejeras. Todas estas usurpaciones de nuestro espacio deben terminarse de manera inmediata ya que se otorgan y fomentan sin nuestro consentimiento ni participación, y las costeamos en detrimento de otros asuntos sociales de mayor envergadura y necesidad, con los que los ciudadanos estamos verdaderamente comprometidos. La negación de financiación y permisos, como en la actualidad se realiza con verdaderas organizaciones no gubernamentales con reales y demostrables fines sociales, sería más que suficiente para que los amantes de los sortilegios abandonen nuestras plazas y queden relegados a sus oscuras criptas, de las que nunca deberían haber salido.

Sometimiento a poderes ajenos al Hombre

Palestina, una solución.
Desaparición de las religiones disgregadoras
La última batalla, y no por ello menos importante debe darse con fuerza en el ámbito de la ideología. Frente al espíritu débil generado por las religiones monoteístas oponemos otro más natural y adaptado a nuestro entorno. Se debe trabajar en la recuperación y difusión de valores propios que la moral religiosa se ha encargado de esconder, prohibir o catalogar como pecados. En esencia, el ser mediterráneo odia los dictados del poder. No sigue con agrado directrices surgidas en entidades ajenas a él. En un régimen de libertad política, las normas de convivencia surgirían de manera natural del cuerpo cívico a través de sus sistemas de representación real. Por otro lado, como el sentido de la vida no está escondido en otros mundos y dictado por la providencia, la búsqueda de la felicidad y los placeres a nuestro alcance son las claves que guían nuestra existencia. Por ello una larga enumeración de experiencias y actitudes vitales, consideradas pecado por las religiones, deben recuperase como nuestras guías. Somos concupiscentes y excesivos, valores opuestos a los actuales espíritus comedidos y apocados, propios de resignados y timoratos cobardes. El desequilibrio y desquiciamiento  vital, propio de nuestra zona, hace divertido el levantarse de la cama cada mañana sin saber con lo que cada nuevo día puede sorprendernos. El ser religioso tiene todo atado y bien atado. No hay lugar para la improvisación. Lo nuevo es malo y aquello a lo que no sabemos hacer frente es detestable. Nosotros no somos así. Encontramos orden en el caos, diversión en la aventura y prisión en la rutina. Otro valor recuperable es la práctica de la gula. Sólo los animales y los creyentes hayan gusto en la mesura ante los manjares. Un animal no come más de lo necesario y considera la alimentación sólo como una función de supervivencia. Nuestra innata búsqueda del placer eleva a la categoría de virtud la capacidad de goce ilimitado de recetas y elixires que creamos, mejoramos y mimamos durante siglos. No para sobrevivir, sino para vivir. Nuestros cuerpos son lujuriosos. Vemos la sexualidad en cada pliegue de piel humana. Exhalamos placer con cada roce de cuerpos. Frente al odio al cuerpo que fomentan nuestros enemigos, el mediterráneo opone el amor al contacto físico. Frente a miradas sucias, ocultas y pecaminosas, las nuestras son abiertas, amplias y generosas. Frente a la austera visión del sexo en pareja con función procreadora, nos decantamos por el placer al disfrute infinito de todos los cuerpos en libertad, sean cuales sean sus géneros y preferencias. Recuperemos a los nuestros. Desde la isla sensual de Lesbos donde la bella Safo instruía en el placer libre, hasta el siempre minusvalorado Marqués de Sade, tan mediterráneo en sus adentros, iluminando rincones ocultos a nuestras domadas conciencias sexuales. Por último queremos destacar otro valor insustituible en una comunidad que quiere fundamentar sus bases en la honradez. Somos perezosos. Encontramos placer en la inactividad. Frente a la, entronada por las religiones, laboriosidad, nuestro espíritu es básicamente improductivo. La siesta, la vida contemplativa y la reflexión, nuestro enemigo contrapone la conciencia del trabajo y el cumplimiento de la tarea. “El trabajo te hará libre”, lema compartido con los nazis y la moraleja de la fábula de la cigarra y la hormiga serían sus iconos. Queremos ser cigarras y no vivir en barracones de exterminio, cual hormigas o prisioneros laboriosos que sólo esperan la muerte como acto final de liberación. La pereza es sana. Debemos cuidar en fomentarla, pero sobre todo en disfrutarla.

Ideologías extrañas a nuestra esencia.
El culto al esfuerzo compartido
por totalitarismos y religiones

Siesta mediterránea.
Bien de Interés Cultural, ¡¡¡YA!!!
Aquí termina la exposición sobre las batallas que nos restan por lidiar. No son sangrientas ni violentas. Están a nuestro alcance, pero por muchos cambios legislativos e institucionales que logremos, la victoria final sólo llegará cuando las transformaciones se evidencien en nuestro interior. Compromiso y cambio de conciencia para vencer al monstruo.   

Somos sexuales, y jamás podrán cambiarlo

4 comentarios:

Simplemente Mirella dijo...

No solo se degusta el paladar con tus entradas, sino que nuestros conocimientos se enriquecen entre los diferentes sabores de nuestras diferentes culturas..
Bss

Pakiba dijo...

Lo que más me gusta es la Siesta mediterranea, que sea bien de interés cultural YA.

Toda tu documentación es interesantísima y la receta la tengo que probar.

Lia Cice dijo...

Bueno, buenísimo debe estar este gazpacho. Una vez probados los de sandía y fresas, las cerezas son el siguiente escalón. Sin duda. Gracias por la propuesta refrescante y por tanta verdad desarrollad en las líneas. ¡Charolastras al poder!. Arrasando con el poder de la palabra y la paciencia reflexiva la intolerancia ajena. Desnudando cuerpos y dejándolos fluir en libertad al dormitar y al buen vivir. Una vez más. ¡Me apunto: ZZZZZZZZzzzzzzzzzZZZZZZZzzzzz!

MariDel dijo...

Interesante combinación y estupenda explicaciòn. Saludos.