viernes, 1 de junio de 2012

El vortex de plástico, el destierro para los peperos y un sueño del Sr. Chinarro


El nacimiento de una nación: el Reino de Vortex de Plástico

Ha nacido un nuevo continente
sobre la base de nuestros desperdicios
Una de esas noticias que pasan de largo por la prensa, siempre dedicada a asuntos de más alta enjundia, me ha llamado recientemente la atención. Había oído hablar del tema en algún lugar, pero no me había detenido a meditar sobre el asunto. La sorpresa llegó cuando escuché, por fin, el álbum Presidente de Sr. Chinarro. En él aparece un tema que, bajo el título de Vacaciones en el mar,  se presenta cargado de visión poética e ironía. El artista andaluz nos remite a un lugar que parece un símbolo, un Itaca personal, pero de repente, la noticia que pasé meses atrás por alto se me vino a la mente. El Sr. Chinarro estaba hablando de ella. No era un símbolo, ni un concepto metafísico. Se trata del nacimiento de una gigantesca isla de residuos plásticos en el Pacífico Norte. Debido a las corrientes marinas, los millones de toneladas de desperdicios que se lanzan en el mar se han visto atrapados en un remolino, creando el mayor impacto ecológico del que hemos sido autores. Impresiona la falta de divulgación de este hecho en los medios de comunicación. Este es en realidad el peor desastre natural que haya producido la humanidad por sus dimensiones y consecuencias ecológicas.


Para hacernos una idea, el área afectada ocupa una superficie de aproximadamente el tamaño de Francia. Se estima que hay aproximadamente entre cien mil y trescientos mil millones de toneladas de desperdicios acumulados flotando sobre las aguas. La fantasmagórica isla tiene una profundidad de hasta diez metros y está compuesta por desechos del tipo de botellas, bolsas de plástico, tapones, colillas… La isla de plástico fue descubierta por el marino y oceanógrafo Charles Moore, cuando realizaba una travesía entre Los Ángeles y Hawái, desde entonces el investigador no ha hecho más que difundir el problema.

Para evaluar el impacto medioambiental, un grupo de científicos y ambientalistas se aventuró en una expedición con los barcos New Horizon de Scripps en San Diego y el Kaisei de San Francisco para evaluar el impacto del “vortex” en la vida marina. La evaluación confirmo que muchas especies ingieren partículas descompuestas de este plástico. Además, en la medida en la que el plástico al exponerse bajo el sol del océano despide toxinas al mar, estos materiales afectan a la vida animal y repercuten de manera importante en la atmósfera planetaria. Así que vamos apañados con la islita de marras.

Desastre ecológico de gran magnitud

De todos modos, como dice el refrán No hay mal que por bien no venga. Así que mientras encontramos el modo de invertir la situación y de limpiar nuestros océanos antes de que nos extingamos, podemos buscar alguna utilidad para este curioso lugar, el paraíso de plástico. Por el momento sólo se me ocurre una posibilidad que resultaría muy favorable para el conjunto de ciudadanos. Podemos enviar al destierro a nuestro Ejecutivo al completo para que disfruten aplicando las ideas neoliberales ante la perpleja mirada de pingüinos, focas y leones marinos. Ya de paso podemos aprovechar y mandar con ellos a la isla artificial algunos regalitos para que les hagan compañía. El ofrecimiento será sin contraprestación, pues desembarazarnos de lastres así ya será suficiente recompensa. Se pueden llevar bajo el brazo:

La Escuela Concertada para una inmejorable educación de sus posibles vástagos. No la echaremos de menos y podremos dedicarnos a ampliar la Escuela democrática por estos  lares.

La Iglesia Católica. Renunciamos a su paraíso prometido a cambio de mejorar las cosas aquí abajo. Cambiamos la Jerusalén celestial por la terrenal y divertida Babilonia.

Pueden acompañar a nuestros gobernantes todos los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, así como el Ejército nacional. Pero eso sí, deberán dejar aquí las partidas del presupuesto dedicadas hasta ahora a esos menesteres para su reinversión en instituciones con fines sociales. Las armas y sus portadores a defender las costas del nuevo continente.
Pueden llevarse todos sus amados símbolos
Como toda nueva nación que se precie, los nuevos habitantes de la isla necesitarán cargarse de símbolos nacionales. Así que generosamente les cederemos aquellos por los que tanto amor histórico sienten, a saber: la bandera rojigualda, el himno sin letra del chuntachunta y el escudo (podrán escoger la versión con o sin aguilucho, ambos para ellos). La Selección Española de fútbol y el Real Madrid galáctico también podrán acompañarles en su odisea.

Por último, podemos facilitarles la tarea de decidir sobre su forma de gobierno. Que sea una nueva y moderna monarquía parlamentaria. De esas en las que loss miembros de la familia real puedan casarse con deportistas de dudosa integridad, desquiciadas reporteras o parásitos amantes de las escopetas. Toda la Real Familia para ellos. Para que puedan sentirse llenos de orgullo y satisfacción, pagando sus suntuosos gastos corrientes. 

 Vacaciones en el mar
(Sr. Chinarro)

Y yo tendré un velero y llegaré primero al Edén,
al paraíso de verdad,
no será el azar sino un gran bazar todo a 100,
rumbo al sitio que los conquistadores
esperaban encontrar, al parecer tal era el plan,
vacaciones en los plásticos del mar.

He visto en Google Earth un sexto continente:
botellas, trastos y presentes
flotan en un remolino, creo que es divino,
yo me alegro por mis competidores.
Ay, señores, ¿qué esperaban encontrar?
Vacaciones en los plásticos del mar.

Descorcharé el champán, me dejaré besar,
diré que es mío cuanto me rodea,
veré el vacío en la marea
y dejaré acertijos en la botella
a los regatistas revanchistas que vendrán
navegando en un contenedor quizá.

Ay, señoras y señores,
¿qué esperaban encontrar?
Vacaciones en los plásticos del mar,
plásticos del mar.

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