lunes, 20 de diciembre de 2010

Receta de Huevos Rotos con Trufa (Consumo de cercanía)

Receta de Huevos rotos con trufa: La Revolución que viene

Humildes de la tierra


Receta de Huevos rotos trufados


Patata de Cella

Huevos de Peñaflor

Trufa de Sarrión


Ingredientes (4 personas):

1 Kilo de patatas de Cella
8 Huevos ecológicos de Peñaflor
20 gramos de trufa negra fresca de Trufapasión
Aceite de oliva virgen extra D.O. Bajo Aragón
Escamas de sal

Divertidos cortes en Cella

Da gusto ¿o no?

Encinas truferas dinamizan las economías
rurales casi hundidas hoy endía


Elaboración:

Una de las claves para el éxito de esta receta tiene que ver con la calidad y el corte de las patatas. La calidad la garantiza el origen elegido para nuestro ingrediente. Las patatas de Cella se consideran con justicia junto con las originarias del Valle de Tena las mejores de nuestra Comunidad, en especial para la fritura. Para comentar el corte propuesto debemos ofrecer una rápida visión de los existentes para comprender su elección. En primer lugar podemos hablar de patatas paja, que serían las más finas de todas, se fríen de una vez y se conservan crujientes durante horas. A continuación encontramos las llamadas cerillas y bastón. Dos cortes que también se fríen de una sola vez. Son algo más gruesas que las paja, pero el aceite caliente sigue alcanzando en interior de la patata, con lo que el crujiente está garantizado durante un tiempo considerable, sin riesgo de reblandecerse. El problema para nuestra intención es que la patata presenta poca capacidad de absorción de sabores. El siguiente corte es el denominado español, que es la medida usual de la patata frita ortodoxa. Combina el crujiente con capacidad de absorción de sabores. Se pueden freir en una fase con aceite caliente o con doble fritura: una previa con aceite templado, que la reblandecerá y extraerá sus azúcares semicaramelizándola y una fritura a la hora de servir con aceite muy caliente que las ponga bien crujientes por fuera. A un lado dejamos cortes distintos como las chips o inglesas (redondas y finas, muy crujientes, pero sin apenas juego para introducir sabores), rejilla (parecidas a las anteriores, pero cortadas con una cuchilla especial que les da su característica forma), o las soufflé (se consigue que la patata se hinche jugando con la temperatura del aceite y la humedad de la patata, complicado y no siempre exitoso). El corte que elegimos para los huevos rotos es el denominado de puente nuevo. Se trata de una patata con el corte más grueso que la española, fritas siempre por necesidad en dos tiempos. Cocción en abundante aceite no muy caliente y sartén tapada para reblandecerlas y un segundo tratamiento en aceite muy caliente que las dore por fuera justo antes de servir.


Empresas locales sostenibles

Denominaciones, garantía de calidad

Nuestro petróleo es verdoso y no lo sabemos

Escamas de secano

Una vez fritas las patatas se disponen en la fuente de presentación y en aceite muy caliente haremos lo propio con los huevos. Allá cada cual con el arte para sacarle puntillas al huevo. Mi truco pasa por elegir siempre huevos muy frescos y abundante  aceite (siempre de oliva virgen extra de la mejor calidad. Por mucho que se hable de experimentos extraños, éste no falla nunca) muy, muy caliente. La pena es que al querer trufarlos no podemos añadir al aceite unos ajos que aromaticen los huevos, pues la superposición de sabores anularía el efecto deseado.
Las opciones para el paso final del montaje son ahora dos. Una primera sería romper los huevos y revolverlos con las patatas antes de rallar la trufa, y la otra hacerlo al revés, añadir la trufa y después romper. La variación no es que sea de vital importancia pero, por un motivo visual, optamos por rallar el fruto tras romper los huevos, para que el comensal aprecie las virutas y pueda valorar su generosidad o escasez. Honestidad ante todo. Las escamas de sal coronarán el conjunto con su brillo cristalino.
En la receta las raciones se han tratado con mucha generosidad, pero es como creemos que se debe de hacer. Una enorme bandeja comunitaria que invite al deleite conjunto y a tomarse con tiempo el festín. De todos modos se ha tratado de abaratar el plato con una ración de trufa no muy abundante pero ajustada. Cinco gramos por persona sería la cantidad justa para las cantidades propuestas. Eso no es excusa para que quien quiera y su bolsillo le dé de sí pueda añadirle toda la cantidad extra que desee, teniendo en cuenta una única advertencia: para obtener el efecto deseado, las cantidades deben aumentar si se trata de una trufa en conserva, pues la fresca posee una mayor explosión en cuanto a sabor y aroma. De todos modos, si nos alejamos de productos chinos de imitación y nos acercamos a los propuestos originales de la zona el éxito está garantizado.   

Distintos cortes de patata: Paja
Cerilla
Española
Puente nuevo: la elegida
Panadera
Cascadas...



Sobre el concepto de Revolución:

El término Revolución, debido a su uso popularizado, ha dibujado una definición difusa e imprecisa. A nivel de calle es un término muy utilizado y por ello se ha convertido en un saco en el cual vamos introduciendo aspectos muy diversos. Hoy hablamos de revolución en la moda, la cocina e incluso de revolución de los precios. Cualquier cambio por minúsculo que parezca merece hoy ser tratado con ese calificativo. Por ello, vamos a acercarnos al verdadero sentido que la sociología nos propone para hablar de él con propiedad. Para que una transformación sea catalogada como revolucionaria debe, según la definición clásica, cumplir al menos tres condiciones necesariamente. La primera tiene que ver con la profundidad de las transformaciones. Los cambios serán a nivel estructural, profundos. La sociedad resultante tras el proceso habrá construido nuevos pilares sobre los que asentarse a costa, claro está, de los antiguos. En segundo lugar buscaremos otro requisito que está relacionado con la forma de llevarla a cabo. Al tratarse de mutaciones tan radicales en los pilares de una sociedad, el verdadero proceso revolucionario debe ser violento. La presencia de esta característica garantiza la verdadera destrucción del viejo orden. Tabula rasa para elevar el nuevo edificio social. Y por último la Revolución se desarrollará siempre en un periodo de corta duración. Proceso breve, que la diferencia de otro que puede tener los mismos resultados, pero de manera menos traumática, y del que sólo difiere en una letra, la evolución. En conclusión: una Revolución es un proceso de transformación estructural, que se da con presencia de la violencia en un periodo corto de tiempo. Todo aquello que no cumpla los tres requisitos será otro proceso: rebelión, algarada, protesta, desorden, evolución, sublevación, movilización, concienciación, etc…


Molotov redentor

Partiendo de esta definición podemos establecer dos cuestiones que, al menos, deben darnos que pensar.
1-                 ¿Han logrado las Revoluciones de los dos últimos siglos sus objetivos?
2-                 ¿Debemos renunciar a buscar una nueva sociedad más justa para todos?

El simple enunciado de la segunda responde a la primera. Desde la aparición del capitalismo en el seno de la sociedad liberal, varios intentos revolucionarios han intentado derribarla desde sus cimientos. No entraremos en discusión sobre los logros conseguidos por éstos, pero a la vista de los resultados, actualmente el orden capitalista impera sobre el mundo sin rival aparente, podemos afirmar que ninguna Revolución cumplió su objetivo final, su tabula rasa sobre la que dibujar un nuevo mundo.
La lógica del capital actúa de manera sutil y ultraeficiente en su labor de autodefensa. Disfrazada de valores democráticos y liberales de los que se ha adueñado hasta lograr que, erróneamente, se le identifique con ellos, la bruja capitalista se presenta como bondadosa viejecita cargada de promesas y buenos valores.
En este punto, la hegemonía del sistema capitalista en el mundo, tampoco profundizaremos en el debate, pues son kilométricos los debates interminables sobre la idea de si estamos ante el fin de la Historia. Desde que F. Fukuyama proclamara el triunfo definitivo del capitalismo y la imposibilidad de que este fuese de nuevo discutido; y desde que la idea de que vivimos en el mejor mundo posible, y de que, con sus fallos y limitaciones, no merece la pena buscar otra alternativa al mismo porque será peor, la inercia del capital nos arrastra en el tiempo hacia un horizonte de paraíso terrenal que nunca se alcanza.
En lenguaje marxista a este fenómeno se le conoce con el nombre de fantasmagoría, muy ligado al concepto de alienación. El ser humano vive engañado. Ahora intentaremos responder a la segunda de las cuestiones. Recogemos la pregunta que lanzó Lenin en 1905 en búsqueda de la manera de llevar a cabo una Revolución ¿Qué hacer?, se cuestionó el futuro dirigente de la URSS. ¿Qué podemos hacer hoy para lograr un mundo más habitable por todos y que además nos dure?
En primer lugar debemos superar la definición clásica de Revolución. Las tres variables manejadas: profundidad, violencia y rapidez no nos deben quitar el sueño. La gran transformación que se avecina se dará sobre la sociedad capitalista por ser la imperante, pero podría darse sobre cualquier otra. De hecho el espíritu del proceso ya ha estado presente en otros momentos de la historia, pero siempre salió derrotado. Se trata de la humanización. Fundar una sociedad bajo el gobierno del Hombre con mayúscula y, sobre todo, a su servicio.  Parece una obviedad porque el sistema actual tiene al Hombre alienado. Le hace creer que existe para él, pero la realidad es muy distinta. La lógica del capital no está diseñada con ese objetivo, sino con los de autodefensa y obtención del máximo beneficio.
Hablábamos de que tratar de humanizar el mundo no era algo novedoso y, a modo de ejemplo, podemos citar alguno de estos momentos. Uno de los casos más claros sería el mensaje que un rebelde nazareno lanzó para hacer tambalear los cimientos del sistema . Revalorizó al ser humano. Al hombre como género. Sin distinción de sexos, origen, profesión. Incluso dio prioridad a los más perjudicados del momento, a los marginales. Hizo ver que las cosas de la vida importantes no eran las que por entonces perseguía la humanidad: riquezas, poder, fama, cargos, poder, etc… ¿Cómo respondió el poder de entonces? Con una inteligencia supina asimiló la organización dentro de su seno, bastardó su mensaje, atribuyó poder y riqueza a sus dirigentes y la controló según sus intereses.
Otro momento donde apareció el espíritu humanista está mucho más cerca de nosotros. Se trata de la oleada reformista que surgió en el seno de las sociedades del Este comunista a finales de los años sesenta. Comunismo humano, se le denominó. Un sistema capaz de satisfacer las necesidades de todos sin necesidad de  coartar la libertad de una mayoría. Muy radical y peligroso le debió parecer al sistema tal mensaje, porque la reacción fue rápida y contundente. No se molestaron, como los romanos, en asimilarlos dentro. Esta vez se cortó por lo sano. Frente a la Revolución propuesta, Reacción brutal. Todavía resuenan los metálicos estruendos de los tanques por las calles de Praga, aniquilando cualquier posibilidad de triunfo para el Hombre.
Analizando cualquier tabla de datos estadísticos del mundo relativos a nutrición, analfabetismo, enfermedades, etc... A nadie escapa la necesidad de un gran cambio a nivel global. Se nos puede acusar de falta de ambición, o de hacerle el juego al monstruo con la propuesta que vamos a hacer, pero nuestro ánimo es bien distinto. Partimos de la experiencia del pasado para intentar no caer en la trampa que cayeron otros. La idea, el plan sería matar al monstruo con sus propias armas y desde dentro, pues la realidad nos dice que a pecho descubierto y a campo abierto la victoria es imposible.



Artificial monocultivo aburrido y rentable

Policultivo tradicional y colorista

Propuesta de consumo de cercanía:

Una de las muchas armas de las que disponemos para matar al monstruo que dirige esta sociedad injusta es sin duda el consumo responsable. Y dentro de éste, el consumo de productos de cercanía al consumidor es una alternativa sencilla, de calidad y con beneficios importantes para todo el conjunto del planeta.
Cuando se propone el consumo de productos cercanos al consumidor la motivación puede provenir de dos distintas visiones. La primera es la cateta y anquilosada visión nacionalista. Ésta propone consumos zonales con un fin claramente proteccionista. El Estado garantizaría los mercados a los productores interiores a través del establecimiento de aranceles y cuotas de entrada a productos del exterior. Subvenciones a sistemas productivos anquilosados que perpetuarían privilegios seculares a las élites locales. Continuidad del sistema basada en principios antiguos, irracionales y que se han mostrado dañinos para el mundo como lo son conceptos como patria, nación, frontera. Términos excluyentes y artificiales de los que debemos huir, pues sólo son beneficiosos para unos pocos. Los que siempre se han llevado el gato al agua. La opción de cercanía que se propone aquí se fundamenta en otros principios ideológicos y tiene unos objetivos manifiestamente distintos.
En primer lugar debemos comentar los valores que sirven como punto de partida. Si hemos catalogado nuestra revolución como humanística, debemos eliminar de nuestras propuestas toda referencia a términos que no sólo no son inherentes al ser humano, sino que son incompatibles con él. Quizá de entre ellas una de las que más catástrofes ha causado en la historia sea el nacionalismo. Por ello, a quienes defendemos el consumo de proximidad desde el punto de vista de la justicia y el desarrollo sostenible, nos entristece el hecho de que se nos pueda tachar de nacionalistas o proteccionistas. Todo lo contrario. Creemos que la globalización, en su desarrollo actual potencia precisamente esas posiciones excluyentes. Nos acercamos cada día más a un mundo definido por un Norte consumidor, inversor y director de la economía que vive en su opulencia frente a un Sur productor, trabajador explotado en condiciones inaceptables, con sus estructuras tradicionales machacadas por el sistema productivo moderno y sobre todo ajena a todas las decisiones macroeconómicas que le afectan. Precios impuestos desde organismos dirigidos desde el mundo rico. Especializaciones regionales que dejan sus mercados desabastecidos e impiden no ya la subsistencia, sino la supervivencia. Preponderancia de la multinacional corporativa frente a la explotación familiar o comunitaria propia de esas zonas hasta la época colonial. Gobiernos impunemente vendidos al capital que les financió su llegada al poder y posibilitan su perpetuación. Superpoblación provocada por la desestabilización de sus sistemas sociales tradicionales por parte de las potencias dominantes.
¿En qué podría ayudar a mejorar el mundo el consumo responsable y de cercanía?
La respuesta a esta pregunta es compleja y virtual, pues no está basada en experiencias anteriores. Se trata casi de una cuestión de fe en el ser humano como tal. En primer lugar toda sociedad debería huir de la especialización regional, pues debe abastecer mercados cercanos. Con esta diversificación se provocaría una bajada de los niveles de productividad que facilitaría la ocupación de la mano de obra excedentaria que hoy vive al calor del subsidio en el Norte y de la emigración forzosa en el Sur. Junto a ello se dificultaría el control de la producción mundial a las grandes corporaciones, quedando éste en manos de unas mucho más pequeñas explotaciones que aumentarían la competencia y la adaptación de los precios al nivel real de los costes de producción.
La eliminación total de las fronteras, no sólo a nivel económico sino, en especial, político, ayudaría a crear un mundo casi autogestionado, donde sería la lógica humana la que definiría las unidades y redes comerciales, sin otros criterios que el beneficio comunitario común. Democracia directa que evitaría el distanciamiento entre la macro y la microeconomía. Utilitarismo puro a la hora de tomar las decisiones. Igualdad de oportunidades para todos los pueblos del mundo.
El otro gran capítulo de la propuesta tiene que ver con la mejora ecológica que garantizaría el sistema. Biodiversidad rica y adaptada a cada región del planeta. Especies propias que evolucionarán según valores naturales y fuera de fines mercantilistas que tratando de optimizar la producción merman la riqueza ecológica. Por otro lado el ahorro energético que provocaría la disminución del comercio innecesario a larga distancia ofrecería la solución a uno de los problemas más importantes e ignorados por el hombre: la conservación del medio ambiente. El tema da para mucho y se podría debatir eternamente sobre el tema, pero la intención de estas palabras era sencillamente la de plantear el tema de reflexión. Debemos hacernos conscientes de que cualquier gesto aparentemente inocente en nuestro día a día puede ayudar a perpetuar o transformar el mundo de manera más efectiva que un cocktail Molotov. Reciclar una botella, comprar un vino de la tierra, consumir productos fabricados de manera limpia con el medio ambiente y respetuosa con las condiciones laborales de los trabajadores, resistirse a consumir lo innecesario por mucha ofensiva publicitaria que nos hagan las empresas creadoras de nuevas necesidades. Cualquier gesto basta para considerarse revolucionario. La lista seguiría: boicot a las empresas poco transparentes, respeto a las recomendaciones de los científicos sobre temas medioambientales, etc… Interminable. Pero todas ellas regidas por el mismo principio, el sentido común.
Por nuestra parte es nuestra voluntad ir desgranando los aspectos parciales de esta propuesta de vida y consumo responsable e invitar a participar en ella a iniciativas que caminen en el mismo sentido.
Sin más permanecemos a la espera de sugerencias sostenibles que hagan el mundo algo más sostenible en todos los sentidos.

En el XVII sabían lo que se hacía
Vieja friendo huevos
DiegoVelázquez

La cantidad de trufa que la determine el bolsillo,
pero cuanta más, mejor.
No nos engañemos

4 comentarios:

Ana María López dijo...

Hola! me encanto su pagina!!

Se ven muy buenas sus recetas ¡)

Me llamo Ana Maria y soy administradora de un directorio web-blog. Tengo que decir que me gusto mucho su pagina y le felicito por hacer un buen trabajo. Le cuento que me encuentro construyendo alianzas con webs amigas para asi atraer mas visitantes y poder hacer mas conocida mi web. Por ello, me encantaria contar con tu sitio en mi directorio, consiguiendo que mis visitantes entren tambien en su web.

Si esta de acuerdo. Hagamelo saber.

Suerte con su web!
Ana Maria

Mª Dolores A. dijo...

Te escribo cuatro líneas para desarte que estas Navidades sean tan sólo el comienzo de un Año pleno de éxitos.

Muchísimas gracias por tus estupendas recetas, muchos besos y...

¡Feliz Navidad !

Anica dijo...

Genial, lo de los cortes de las patatas!!!! nunca te acostaras sin saber una cosa mas......besicos maños!!!



http://anicaensucocina.blogspot.com/

El presente ya es el porvenir y el olvido. dijo...

orale se ve muy bien esta recetas saludos desde españa.


Maria mallas