miércoles, 8 de diciembre de 2010

Receta de Pan de Guacamole (Homenaje a Biutiful)

Receta de Pan de Guacamole (Homenaje a Biutiful)

Crear polémica es de genios


Pan de Guacamole

Ingredientes (6 personas)

225 gr Harina de trigo
125 gr Mantequilla clarificada
50 gr Azúcar
2 Huevos batidos (Ecológicos de Peñaflor)
2 cucharadas Miel del Prepirineo (Ejea de los Caballeros)
1 sobre Levadura de panadero
Un aguacate granadino
Zumo de medio limón
½ Pimiento verde de cristal
½ Cebolla dulce de Fuentes
4 Tomates desecados al sol de Caspe
1 cucharada de Sal

Elaboración

En un bowl introducimos todos los ingredientes secos y mezclamos bien. Vamos incorporando la mantequilla, la miel, el Guacamole y por último los huevos. Para hacer el Guacamole procedemos del siguiente modo: con un tenedor chafamos la fruta hasta conseguir una textura cremosa, a la que añadiremos mezclando bien, el pimiento, la cebolla y los tomates (Estos tres ingredientes picados muy fino); y finalmente le añadimos el zumo de limón y seguimos removiendo la mezcla.

Con todos los ingredientes en el cuenco procedemos a amasar unos minutos. Obtendremos una mezcla algo pegajosa que dispondremos en un recipiente metálico de los habituales rectangulares de 900 cl. Con el horno precalentado a 180 grados introduciremos el pan entre una hora y una hora y cuarto dependiendo de la fuerza del horno. Si la superficie comienza a tostarse demasiado bastará con colocar papel de aluminio cubriendo el pan, pero no se debe abrir el horno hasta el final, para que no pierda esponjosidad.

Una vez cocido el pan lo dejaremos enfriar boca abajo sobre una rejilla. Se recomienda comerlo templado, rebanado en porciones generosas.

Mantiene la historia con maestría


La película

Mucha tinta se está gastando en reiterar la misma crítica negativa a la última película dirigida por Alejandro González Iñárritu y protagonizada por Javier Bardem. Como si el mexicano tuviese una deuda con la humanidad que debe expiar cual pecado capital y de los gordos, el crítico le exige que ofrezca a la vez que su visión del mundo, las pautas para habitarlo con dignidad. Ingente tarea que debe lidiar a pecho descubierto, pues se le acusará de superfluo si dedica a la historia más minutos de los que se consideran razonables.
Imaginamos desde aquí que el director y guionista, a buen seguro riéndose del asunto, no siente la necesidad de salir en su defensa, pero los que somos de carácter mucho más prosaico y justiciero no podemos callar ante este ejemplo de insensibilidad. Conocedor de lo que se le vendría encima, Iñárritu se defendió de la única manera que conocen los artistas, con su obra. Del mismo modo que un chiste que tiene que ser explicado tras contarlo pierde toda su gracia, tratar de explicar con lenguaje simple e imperfecto el mensaje de una obra de arte la desvirtúa. Así que, Alejandro, quédate en el Olimpo creativo. Sigue riéndote de las simplezas de los tiburones, que tus arcángeles guerreros y sin escrúpulos haremos el trabajo sucio.
Lo más irritante del tema tiene que ver con la crítica principal que se le hace a la película, la desfragmentación del argumento. La falta de una idea que se desarrolle linealmente, por supuesto con el rígido esquema de planteamiento, nudo y desenlace. Pues añadimos que el siguiente paso en esa dirección será afirmar que el director no nos mastica las palomitas y nos obliga a hacer un ejercicio de deglutición demasiado costoso para el espectador. Por supuesto que se trata de un guión desfragmentado. Iñárritu nos tiene acostumbrados a estructuras argumentales complejas. No es cierta la idea, también repetida desde hace una década, de que siempre hace la misma película. El creador utiliza el lenguaje artístico de manera magistral. Y este es el punto básico de la defensa que queremos hacer de la película.


Wittgenstein desvela la dificultad dela comunicación humana

Obra magna del pensador

Todo proceso de comunicación es imperfecto. Lo es debido a la complejidad del mundo. Y más todavía causado por la complejidad del ser humano. Al menos desde Wittgenstein conocemos de manera contundente la incapacidad del hombre para la comunicación absoluta. Perdió la cabeza el filósofo al darse cuenta que una idea, que un emisor desea transmitir, se ve mediatizada por el lenguaje que utiliza para expresarla. Y que el receptor interpreta ese mensaje de manera distinta al original haciendo imposible el envío integro del contenido. Ejemplo simple: El emisor quiere transmitir su idea personal y subjetiva de tristeza. Puede hacerlo utilizando el lenguaje: -Estoy triste- Aquí comienza a funcionar el decodificador del receptor, que aplicará su definición del concepto e interpretará el mensaje a su manera. Es trágica la limitación que impone el lenguaje, pero es el medio que hemos encontrado, tras siglos de evolución, para comunicarnos, aunque solo sea por aproximación.
Cansados estamos en estos foros en intentar responder a una pregunta que aparece una y otra vez dentro del nuestro panorama. ¿Es la gastronomía un arte? Creemos que si volvemos a contestar la cuestión, se esclarecerá del mismo modo la otra cuestión que nos trae hoy aquí: ¿Es Biutiful una gran película? La gastronomía puede ser un arte o simplemente un ejercicio técnico vacío de todo contenido fuera de sí mismo. ¿Qué determina la catalogación de arte o técnica? La voluntad de transmitir un mensaje. Un manjar no tiene un valor en sí. Aunque el iletrado gastrónomo se empeñe en ensalzar o rechazar el valor de un producto determinado, este no depende de sí mismo. El caviar no es mejor que las farinetas per se. Es un producto más selecto, caro, con connotaciones incluso sociales, pero cuando éste no se utiliza para la transmisión de un mensaje, se queda allí, en el mercado. Comer caviar a cucharadas de nácar, de pie, ante el frigorífico abierto de una casa vacía de amigos y familia un sábado por la noche, convierte el oro esférico en veneno. El tratamiento del producto por un creador que sea capaz de transmitir su mensaje a través de él, eso es arte. Si volvemos a nuestro ejemplo, la expresión –Estoy triste- es a todas luces imperfecta para transmitir un sentimiento de tal calado. El uso de otros lenguajes, el plástico, el musical, el gastronómico… para intentar transmitir el mismo mensaje es lo que denominamos arte. Cualquier actividad que consiga reproducir una idea íntegra en la mente del otro es arte. Cuando un cocinero hace llorar al comensal (damos fe de que esto se consigue), cuando sus creaciones son capaces de transmitir un sentimiento, pongamos la tristeza de ejemplo, el autor está creando arte. Con los mismos ingredientes otra mano puede lograr una creación sabrosísima, pero si no consigue comunicar un mensaje se quedará en un buen técnico. El artista es otra cosa.


Meticulosidad en el trabajo

Cuando alguien me cuenta lo melancólico que se siente al mirar atrás y ver todo el tiempo consumido me transmite cierta sensación. Incomparable a la que me produce un artista como Joice a través de En busca del tiempo perdido, donde en ningún momento afirma sentirse melancólico, pero hasta el más insignificante punto y coma de la obra va dirigido a expresar la melancolía. Maneja el lenguaje artístico de manera magistral. Por citar un localismo, cuando el chef David Boldoba del zaragozano Restaurante Novodabo te azota el alma con sus cremas de boletus y trufa y te lleva no a la infancia, sino incluso al momento anterior a la llegada del hombre a la Tierra (a mi me llevó). Te desnuda de lo humano y te sumerge en la tierra, entre las raíces amarradas al húmedo suelo, donde los condicionantes humanos no son capaces de llegar. Entonces, en ese momento, está haciendo arte.
¿Dónde situamos a Biutiful en toda esta maraña? Sin duda en el mundo del buen arte. El director utiliza la desfragmentación para provocar la idea de mundo en caos. De un ser humano perdido en un inmenso bosque, del que desconoce su código. Un bosque lleno de peligros en los que el protagonista cae una y otra vez. Pues vaya mensaje, pueden decir los agoreros. La clave es que el autor no se queda en describir el sentimiento trágico de la vida, que eso ya lo han hecho muchos, sino que el mensaje profundo que transmite son las instrucciones que debemos usar para afrontar este loco mundo. Diremos, usando lenguaje bíblico que todas las instrucciones se resumen en una: seguir adelante. No hay más. Por muy malas que vengan dadas, por mucho miedo que dé afrontar el siguiente paso en la vida, por mucho que se pierda en cada golpe que nos aseste el enmarañado bosque, sólo hay una salida, seguir hacia delante. Si el crítico no consigue ver el mensaje, o si éste le parece vacuo o innecesario, lo siento por él. Pero seguirá siendo a todas luces injusto calificar la obra como caótica con un sentido negativo. Claro que lo es, y de manera premeditada y muy trabajada. Transmitir una idea, como Joice con palabras, como Boldoba con alimentos o como Picasso con colores, es una tarea difícil. Sólo los grandes artistas lo consiguen. El resto se quedan en técnicos.
Pintar o esculpir una señora llorosa con su hijo muerto, recién descolgado de una cruz, sobre su regazo nos transmite una sensación de tristeza importante, pero directa y facilota. Quien transmite esa sensación de tristeza a través de la reducción del mundo a formas geométricas ha adquirido un dominio del lenguaje artístico muy superior. Aún hay quien es capaz de lograr el objetivo usando sólo manchas de color, sin ninguna referencia más, ese es el genio de nuestros días. Por no hablar quien lo consigue a través de un plato, combinando ingredientes para lograr aromas, texturas, temperaturas… que nos inunden de la misma sensación que la Piedad de Miguel Ángel. Esto es arte.

La gastronomía...

...claro que puede ser un arte. Y de los superiores
El segundo reproche no merece una gran defensa, pues que una película dure más de lo que una persona puede aguantar hoy sentada en una sala, no es asunto que merezca gran atención. Únicamente debemos recordar que desde que se enunció la Teoría de la Relatividad en el siglo XX, sabemos que espacio y tiempo no son magnitudes diferentes. Así que como La Rendición de Breda en un cuadro muy grande para ponerlo en el salón de casa, los que encuentrn Biutiful larga que le vayan quitando minutos. Pero que lo hagan al mismo ritmo que recortan la obra de Velázquez, que tiene demasiados pesonajes ¿No?

Cuando salí del cine, la sensación de caos y desorden me emborrachó de amargura y tensión. Pero cuando los primeros síntomas fueron desapareciendo mostraron la revelación que el artista logró imprimir en mi espíritu. No te pares, sigue hacia delante.
Otro acierto, Alejandro, artista.

La receta

Con el pan de Guacamole hemos tratado de representar el lenguaje artístico que ha utilizado Iñárritu en su obra. Combinando una cantidad importante de ingredientes representamos la enorme factura de líneas argumentales, escenarios y personajes que pueblan la historia. El mensaje principal; la idea de que la vida sólo consiste en seguir ahí, en pie, perdidos en una jungla, desarmados y sin brújula, pero siempre caminando; lo hemos querido simbolizar a través del ingrediente fundamental de todo pan, la harina. La harina lo impregna todo. La harina todo lo amalgama. Su esponjosidad atrapa texturas muy diferentes, como las múltiples historias de Biutiful, y las dirige a un mismo fin. Si se ha logrado expresar será un acierto, y si no, untado con enormes cucharadas de all i oli no tiene desperdicio.
Salut para todos y buenos alimentos (artísticos si puede ser)







6 comentarios:

La cocina de Quincampoix dijo...

Iñarritu y guacamole compartiendo texto!!!me ha encantado!!;)

Manu & Rosita dijo...

Hoy me habéis tocado la fibra, gran amante del guacamole, gran admirador de Wittgenstein. Para él, el simple hecho de "describir", ya es hacer filosofía. Y hoy habéis filosofado muy bien. Aix... cada día os quiero más!

ALIMENTA dijo...

Hola!!!
Vaya vaya que pedazo pan delicioso!!
MMmmmm me necanta el pan casero así que este: para mi, no hay más! jaja

No he visto esa peli.
Besitossss

cristina dijo...

muy interesante esta entrada y el pan de escandalo gracias por seguirme muchisimas graciassssssssssss yo me quedo por aki que o os conocia un abrazo desde sevilla muackkk

Recetasparamishijos dijo...

Hola muchachos, es un placer conocerlos. Esta receta me ha gustado particularmente, y más vuestros comentarios sobre el arte. Hay una cuestión muy discutible en el arte y es si existe un receptor. Emisor, siempre lo hay. Por ejemplo, algunos críticos de arte dicen que si la obra está expuesta al público, entonces es arte. Lo cual, nos recuerda a Duchamp y un utensilio de cocina expuesto en un museo. Lo importante es el ¨plus¨, la idea que todo lo envuelve y se expresa de alguna manera, bella, grotesca, triste, etc. Los invito a ver mi label de ¨artículos¨, encontrarán varios de arte, hasta una pizza con connotaciones fractales.
Un beso, nos seguimos leyendo.
Myriam

Patricia dijo...

El pan seguro que está buenísimo, pero la verdad es que Bardem no es santo de mi devoción, aunque reconozco que peliculas que he visto suyas, hace muy bien su papel.
Muchas gracias por pasaros por mi cocina, he intentado hacerme seguidora vuestra, pero no se lo que pasa ahora a la tarde que no me deja.
Muxus