La noche de los cristales rotos saharaui
Campamento saharaui en el desierto argelino |
Decía Marx que la historia se repite como caricatura al analizar los errores del ser humano a lo largo de la historia. Walter Benjamín resumía la historia como cúmulo de desgracias y barbaridades que se amontonaban unas sobre otras. “Erre que erre” y “El hombre es el único animal que choca dos veces con la misma piedra” son ya sentencias populares a nadie ajenas, todos las hemos utilizado en multitud de ocasiones.
Noche de los cristales rotos |
La fuerza es su lenguaje |
Toda esta perorata viene al caso con el ridículo universal en el que ha vuelto a caer nuestro género una vez más. Mi deseo al escribir estas líneas queda muy lejos de ejercitar la técnica literaria de la comparación. Ni tan siquiera acercarme a una lección práctica de historia comparada. Se trata tan sólo de evidenciar lo ridículo que somos frente al poder que nos adjudicamos. Seres desarrollados, animales inteligentes, seres con conciencia e instinto de conservación son autodefiniciones falsas, únicamente se trata de anhelos de lo que nos gustaría ser pero que los hechos se empeñan en contradecir.
Violencia marroquí |
Violencia marroquí |
Asesinado saharaui por fuerzas marroquíes |
Exactamente setenta y dos años después, para colmo de caricatura en el mismo día del año, las fuerzas de seguridad marroquíes invaden, ocupan y reprimen una ciudad creada de manera provisional y pacífica por gentes saharauis. La idea saharaui era inteligente y una forma de protesta novedosa y atractiva para el mundo. La creación de un campamento a pocos kilómetros de la capital de la zona saharaui ocupada por Marruecos con el fin de manifestar la injusticia que durante décadas se ha cebado con este pueblo. Denunciar la situación colonial del territorio y darla a conocer al mundo ha sido el pecado cometido por los saharauis, y muy grave ha debido de ser para que Marruecos ordene una masacre como ésta. Monstruos como el rey marroquí ha habido muchos a lo largo de la historia, pero la capacidad de actuación de la comunidad internacional para frenar sus actos es algo novedoso. Ahora sí que existen multitud de mecanismos y medidas para obligar a cualquier gobierno a respetar los derechos humanos. Es simplificar, pero podemos resumirlas en una institución: la ONU. ¿Qué hace? Lo mismo que la esclerótica Sociedad de Naciones de los años treinta. Habla, se reúne, denuncia, advierte, pero sin hechos. Y no por falta de recursos y legitimidad, sino porque pesan más intereses económicos, que además a nivel global son insignificante calderilla.
Hay quien continúa con el lenguaje de la paz Aminetu Haidar |
Por seguir con lamentables comparaciones viene a mi mente una imagen que nos ridiculiza como seres humanos. Veo a la jerarquía marroquí riendo en los salones de palacio como los jerarcas nazis lo hacían en la puerta de Hitler. Y además se rien con razón. Se ríen de la debilidad de una supuesta comunidad internacional moderna y cargada de valores humanos. Se saben ganadores.
Unos en lujosas chilabas, otros con uniformes con calaveras en las solapas, fumen narguilé o cigarrillos rubios, beban dulce té o licor de arce amargo, adoren la danza del vientre o el cabaret, coman cuscus o kartofensalat, sean magrebíes o arios. Son los mismos. Hoy todo el asco que me producen estos abusadores se empequeñece frente al que me doy yo, por pertenecer a una comunidad de demócratas, que amamos la convivencia y la paz; pero somos incapaces de defender nuestros valores mientras el enemigo acecha y los pone en peligro. Hasta una rata de laboratorio aprende de los errores y nosotros no. La historia se repite en forma de caricatura. Así comenzamos y así concluimos. Pena.
¿Nunca más? |
Buenas noches, aunque en ésta se continúen rompiendo los cristales en El Aaium
1 comentario:
Es una pena, pero en este mundo siempre hay quien domine y siempre tiene que haber quien, por co***** se debe sentir dominado, muy a pesar suyo.
Bonito escrito, felicidades, chicos!
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