jueves, 15 de diciembre de 2011

Las dos Barcelonas (del casticismo al snobismo)

Barcelona y sus almas
(Degustaciones en Casa Leopoldo y en el Mercat de Santa Caterina y otras tonterías)


El bacalao de Casa Leopoldo responde al espíritu multicultural de Barcelona
La razón por la que escribo hoy estas líneas es la de tratar de explicarme a mí mismo de dónde viene el amor que profeso a la ciudad de Barcelona. Bien pudiera ser por el clima; o por la ligazón que mi tierra, Aragón, ha tenido con ella a lo largo de la historia; su visión cosmopolita me apasiona tanto como la belleza de sus rincones; el sentido de urbanidad de sus ciudadanos es enorme, pero no supera a su orgullo mediterráneo. Todo ello se me hace atractivo, pero otros lugares hay con las mismas características y no me magnetizan de ese modo.
Diseño y arquitectura inquietante se conjugan bajo la cubierta del Mercado de Santa Caterina
La razón verdadera creo haberla sacado de mi última visita. Después de vivir tres años en ella y de cientos de viajes a sus rincones creo haber descubierto el secreto, nada menos que la contradicción. Y es que recién cumplidos los cuarenta uno comienza a descubrirse a sí mismo. Mejor dicho, uno comienza a aceptarse tal y como es. Vivo en la contradicción y, por qué no decirlo, me encuentro bastante cómodo en ella. Se me podría acusar de falta de integridad o de valores inmutables, pero nunca de hipocresía. Lo que hoy veo blanco y alegre, mañana me resulta de una oscuridad insufrible. Géminis es el símbolo de la paradoja al modo que los orientales aceptan una realidad dual. Mi espíritu lo es del mismo modo, siempre en búsqueda de un equilibrio de opuestos que jamás se resolverá. Barcelona simboliza como ciudad, y más que ninguna otra, esa doble faceta sin ambages ni complejos. Al igual que un servidor, la capital catalana es castiza y moderna. No hay medias tintas.
Restaurante del mercado. Estilo internacional moderno y concepto novedoso
Existe una ciudad condal castiza, charnega, universal, populachera, bulliciosa, amante de la jarana y los olores fuertes, tradicional y purista que convive sin peleas vanas con otra snob, moderna, occidental, aséptica y culta, engalanada en perfumes y música. Para no perdernos en la identificación de las dos caras de la urbe he considerado exponer a modo de comparación nueve bloques temáticos(como las letras de su nombre) en los que cada identidad de Barcelona se muestra opuesta a la otra. Por último y a modo de símbolo relataré una experiencia gastronómica para cada uno de los dos mundos. No se trata de comparar ni de defender una u otra, pues a mí me atraen las dos con la misma fuerza. Con ambas simpatizo y a ellas va dirigida esta broma con cariño.
1.            Barrios: Bien pudieran ser otros los elegidos, pero por afectos personales me decanto por identificar la ciudad castiza con el barrio del Rabal y el Borne para la urbe alternativa. El Rabal comprendido entre las Ramblas y el Paralelo abarca el espíritu de mezcla, convivencia y globalización de la Barcelona eterna. Barrio de libertad, acostumbrado a recoger marineros del puerto que bajaban a tierra firme a fundirse sus cuartos en placeres mundanos y llenar de aventuras exóticas sus rincones. Acoge hoy a una pléyade de inmigrantes del mundo que aportan un sabor y espíritu abierto que se mastica por las aceras. Gente acostumbrada a la vida de la calle que revitaliza la zona. Bares regentados por chinos, pakistaníes, árabes o turcos colorean un panorama alegre para cualquier espíritu curioso y carente de prejuicios. El Borne sería el contrapunto, pues aunque otrora zona envejecida y olvidada por la ciudad, en estos días se ha convertido en ejemplo de reconversión urbana. Desde hace una década el barrio se puso en el punto de mira de toda una tribu de artistas, diseñadores, culturetas que atrajeron comercios modernos de estilo internacional. Estudiantes, bohemios, extranjeros curiosos y personajes peculiares ponen la nota snob.
Calles del Raval. Las sábanas multicolor hacen justicia a la composición social del barrio
2.            Mercados: Por no salirnos de los barrios citados, dos mercados simbolizan el antagonismo que hoy queremos destacar. El mercado de Sant Josep (La Boquería) representa el carácter populachero de la Barcelona de comienzos del tercer milenio. Sus fuertes olores y ruidos ensordecedores atacan al visitante y le predisponen para la algarabía y el bullicio. Sus productos y las voces que se escuchan por sus largos pasajes proceden de todos los rincones del mundo. Desde la butifarra ampurdanesa y el fuet de La Plana hasta el dátil saharariano o la papaya indochina, cualquier alimento del orbe está representado en esta alacena de la urbe. Mientras tanto junto a la Vía Layetana, limitando al Borne, nos encontramos con el Mercado de Santa Catarina. Moderno, con una característica techumbre obra de Enric Miralles, Benedetta Tagliabue, representa el espíritu moderno. Mucho más orden en sus propuestas, se respira la tranquilidad y limpieza de cualquier mercado de abastos europeo. La variedad de sus productos no puede competir con la de La Boquería, pero suficiente para poder hablar de un elenco de productos de calidad, bien presentados y a precio razonable. Basta una visita exprespor ambos mundos de abastos para absorber el alma dual de la ciudad. Una tapita en el Pinocho (taberna estrella de La Boquería) o en el vanguardista bar de Santa Caterina nos dejarán masticar las diferencias con excelentes sensaciones.
Mezcla de detalles nórdicos y aeroportuarios. Entrada al mercado
3.            Banda sonora: Si tuviésemos que representar mediante música la oposición de caracteres de la ciudad el elenco de candidatos sería enorme. Un par de referencias nos ayudarán a esclarecer las diferencias. La Barcelona populachera y tradicional se vería acompañada por los ritmos guitarreros y rumberos de El Peret o los Manolos, mientras que la selecta ciudad exquisita y culta lo sería con las letras originales e inquietantes de Manel o el ritmo eléctrico de Facto Delafé y las Flores Azules. Ambos mundos valiosos, ambos representantes de la ciudad, ambos símbolos de barcelonismo hacia el exterior, pero opuestos y ajenos uno al otro como el agua y el aceite.
El Peret representa la esencia de la Barcelona eterna

Nuevo valor creativo. Renovación cultural fresca y mediterránea
4.            Calles principales: Un paseo por la multicultural Ronda del Rabal y por la remodelada calle del Comerç nos permitirá vivir las diferencias a ritmo de zapato. Locales de comida rápida, mostradores de alumnio o incluso de cinc, coladas secándose en tendedores sobre las aceras en el primer caso. Establecimientos gourmet, gastrobares y cafeterías con indispensable zona wifi y sofá para las posaderas, nuevos enrejados de forja cerrando ventanales de doble capa para aislar la domus de la calle en el segundo. La diferencia entre la castiza Casa Leopoldo y el modernísimo Comerç 24 serían ejemplos de lo dicho.

Carrer del Comerç. Limpieza de cara de una arteria del barrio más alternativo

Comerç 24. Propuesta gastronómica sita en la calle homónima.
Simbolo de modernidad y vanguardia
5.            Películas: Aquí el tema está más que claro. Además nos lo ayuda a desentrañar un viejo amigo de este foro, Javier Bardem, canario con fondo madrileño afincado en EEUU. Protagonista de dos filmes de excelente calidad. El enfoque narrativo está tan lejano en ambos casos que parecen hablarnos de dos lugares distintos. Pues resulta que la verdadera protagonista de ambas películas es la misma: Barcelona. Por un lado la realista, crítica y mundana Biutiful nos sitúa en una calles duras e invivibles. Sus personajes luchan por sobrevivir en una sociedad hostil frente a la aparente frivolidad de la otra propuesta: Vicky, Cristina, Barcelona. Woody Allen y González de Iñárritu tienen formación, origen e intereses distintos, pero ambos caben en el imaginario urbano de nuestra Barcelona. Ambas existen y aparecen certeras en ambas obras.

Director y actor en las calles barcelonesas
Universalizan una ciudad dura y real

Woody es un enamorado del sabor y la luz de Barcelona.
Otro que no es tonto
6.            Mundo taurino: Por afinidad un servidor se encuentra más cercano a la posición antitaurina generalizada en la ciudad, pero dogmatismos los justos. No hay quien niegue la tradición taurina de Barcelona, así como la carga política interesada del tema tal y como se plantea hoy. Que es un claro caso de antiespañolismo lo vemos en el escaso rechazo que los antitaurinos profesan por otras brutalidades contra los animales bendecidas por el nacionalismo excluyente.  No puedo apoyar una actividad que se fundamente en la tortura a un animal, así como tampoco puedo apoyar posturas tras las que se esconden la defensa de cualquier bandera. Por ello el tema ni me va ni me viene, me limito a apreciar con cariño un movimiento que lucha por el final del maltrato animal, signo de cultura y progreso, del mismo modo que siento  simpatía por los amantes de un mundo popular que, pese a muchos, existió y que todavía conserva fervor en parte de la sociedad barcelonesa.

José Tomás en su Coso talismán. Ya es historia
7.            Cómic: Aquí el tema es divertido de verdad. El esfuerzo que me supone encontrar un cómic que represente a cada una de las ciudades condales que conviven en sus calles es mínimo. Makinavaja de Ivá clama a gritos representar a la Barna suburbial, a la pringosa y populachera barra de bar de cerveza y cacahuetes, al submundo tantas veces ilustrado por la literatura, a la época de los quinquis vaquilleros y al olor a cloaca y rumba de sus esquinas. Para la otra urbe debo dar un salto mortal del mundo subhumano al de los superhombres, con un personaje tan altivo y elegante como Batman. En su  el hombre murciélago sobrevuela las calles de la ciudad en una aventura memorable, recreando un paisaje de edificios modernos y unas panorámicas del diseño puntero que se estila por doquier. Las dos Barcelonas aparecen orgullosas de su idiosincrasia y tan reales que la verosimilitud de las aventuras es total.

Siempre actual, vivo y necesario. Superhéroe de barrio

Elegante, distinguido y todopoderoso. Musculatura de gimnasio snob
8.            Plumas: El selecto club de la famosa fotografía de Casa Leopoldo nos evoca una Barcelona con tintes tan castizos como surrealistas. El premio Planeta les ha ido cayendo a todos ellos a base de describir una ciudad ruidosa, con unos bajos fondos que le otorgan categoría universal. Si tuviese que decidirme por una novela emblemática del tema que tratamos para cada uno de ellos lo haría de este modo. Los mares del Sur para Manolo Vázquez Montalbán, Un día volveré para Juan Marsé, cualquier artículo sobre sus calles de Maruja Torres y cómo no, La ciudad de los prodigios para Eduardo Mendoza. Tienen muchas más donde dibujan la ciudad universal, alocada, excéntrica y ruidosa, pero esas serían mis elegidas. Para mostrar la faceta más chic me iría al campo de la poesía para hablar de un duo muy especial, Afterpop Fernández & Fernández, duo compuesto por Agustín Fernández Mallo y Eloy Fernández Porta. Forman un spoken Word totalmente vanguardista y filigranero.Gallego el primero, autor del famoso Proyecto nocilla, y catalán el segundo más centrado en la experimentación con el mundo de los relatos y la crítica literaria; fueron unas de las estrellas que animaron el Certamen de poesía de Barcelona que tuvo lugar el pasado mayo con su actuación emblemática en el Palau de la Virreina.

El dúo Fernández recibió una gran acogida del público más selecto de la ciudad
9.            Platos: Para poder comparar bien en un solo bocado ambos mundos he elegido dos elaboraciones basadas en la misma materia prima: la carne picada. La Barcelona barriobajera tiene sabor a albóndiga, una de las especialidades de cualquier taberna popular en el ámbito nacional. La otra cara de la moneda nos la aporta la hamburguesa. En concreto, las mejores hamburguesas de Barcelona se encuentran en el Bacoa de la calle Colomines, en pleno corazón del Borne. Elaboración importada de sociedades avanzadas. Símbolo de una cultura internacional con fundamentos cinematográficos. Aquí uno no puede permanecer neutral, pues aunque valore el producto de fast food e incluso lo disfrute muy de vez en cuando, soy, lo que se puede decir, un albondiguero redomado e irredento. Sirvan las dos propuestas que se recomiendan saborear en el mismo día para poder comparar.

Dos propuestas culinarias para dos mundos que conviven ignorándose entre ellos. Fueron disfrutadas junto a mi sobrino de 11 años en unos fríos comienzos de diciembre. Tanto tío como sobrino comprendieron y disfrutaron el espíritu contradictorio de la ciudad
Cena tradicional en casa Leopoldo:


Pan con tomate especial de la casa
 

Media ración de Bacalao a Brass (especialidad portuguesa que bordan como nadie)


Media ración de calamares con harina cordobesa...

...y all i oli de acompañamiento
Dos raciones de las famosas albóndigas con sepia y gambas

Crema catalana

Comida en el Mercat de Santa Caterina:
Pan de payés de horno de leña
Huevos rotos con patatas, hongos y butifarra negra
Solomillo de buey con salsa bearnesa
Crema catalana

2 comentarios:

Cecilia dijo...

¡Veo que no necesitaste ninguna referencia externa para disfrutar de Barcelona porque ya las poseías todas!. Me quita un peso de encima porque esta desconexión virtual me está sumiendo en la introspección y sólo voy acumulando lastres en forma de remordimientos (me siento desagradecida, sorry). Contradictorios somos todos. Unos lo sabemos y confesamos. Y otros ni lo saben ni lo declaran. Las ciudades incluidas. Muchas son las que se jactan de señoriales e inmutables. Barcelona no. Su mayor logro es su heterogeneidad y capacidad de adaptación y apertura a lo largo de la historia. Se le podrán sacar mil fallos (q hay gustos para todos y siempre serán respetables) pero no será precisamente éste uno de ellos. Eclecticismo al poder es lo que se respira en cada paso. Da mucho gusto pasear por las calles de sus variopintos barrios, acercarse a los miles de lugares de interés cultural y/o social donde pararse a escuchar tantas voces en tantas lenguas, sentir la pluralidad en todas las expresiones artísticas, incluidas (como tan bien explicas) las gastronómicas, las musicales, las literarias, las pictóricas,...). Siempre es una experiencia para los sentidos darse un garbeo por Barna y, gran magia debiste sentir al compartir la experiencia con tu sobrino. ¡Cuánto me alegro de esos buenos momentos que vives!. Sigue cuidándote tan bien. ¡Y yo que, al emnso, lo pueda leer!.

El periplo dijo...

Magnífico menú el que nos ofreces en esta ocasión. Están todos los platos importantes: barrios, mercados, bandas musicales, calles, películas, mundo taurino, cómic, plumas, platos.... Como te has ganado mi total confianza, de nuevo registro en mi memoria la descripción de un menún tan apetitoso para cuando tenga ocasión de volver por Barcelona.
Un cordial saludo. José Luis