Menú
de El Trasgo (Jornadas de la Trufa con Freixenet Meritum)
Ver anterior comentario sobre el establecimiento en: http://mundomediterraneo.blogspot.com/2011/11/un-bosque-asturiano-en-zaragoza.html |
La Sidrería El Trasgo ha decidido prorrogar las Jornadas de
la Trufa durante todo el mes de marzo. La propuesta consiste en un menú degustación
donde la joyanegra se convierte en la protagonista en un largo maridaje con el
cava en cuestión. A uno le cuesta escribir sobre uno de sus establecimientos de
cabecera. El trato que recibe el visitante por parte de David, Chema y el resto del equipo de cocina y sala sólo
es comparable con la pasión que sienten por su trabajo. Vivo conteniéndome para no desvelar un secreto que nos sorprenderá en breves a los zaragozanos. Juré
silencioo y lo mantendré, así que mientras tanto me entretendré contando la
propuesta actual de estos gastroamantes juguetones. Como un monarca sobre su trono me aposenté en la silla y disfruté de la experiencia que voy a tratar de
relatar.
Como conclusión final es de justicia destacar que la cocina
soluciona de manera profesional las dificultades que entraña una apuesta así. A
golpe de oficio superan con nota una prueba nada fácil para ningún creador. Para
valorar con objetividad y criterio el resultado se tienen que tener en cuenta
las dosenormes limitacionesa las que se deben enfrentar en un menú como el que
se propone.
La primera prueba de fuego la esconde el propio ingrediente.
La Trufa negra (TuberMelanosporum) posee tres características tan particulares
que, si no se conocen bien sus cualidades, el riesgo de fracaso es elevado. En
primer lugar es uno de los ingredientes que destaca más por sus aromas que por
el propio gusto. Este punto se trabaja muy bien encerrándolos bien sellados en
las elaboraciones. Los efluvios truferos permanecen escondidos a la espera de
que el comensal se decida a liberarlos (rompiendo una patata, abriendo un huevo
duro o recibiendo una cascada de leche de coco). De este modo se evita el
riesgo de empacho. Si el aroma se extendiese en todo momento desde los platos,
el comensal se habituaría al penetrante olor a mineral, raíz y humedad y se
perdería intensidad.
Por otro lado, la trufa
debe combinarse con elementos más bien neutros para que las composiciones no
resulten farragosas. En el Trasgo lo entienden bien al elegir como bases de los
platos la patata, el arroz, el huevo y la leche. Los italianos entienden este
punto mucho mejor que nuestros vecinos franceses, que caminan fracaso tras
fracaso en busca de nuevas e infructíferas combinaciones. En este menú que
disfrutamos hoy se cumple de manera canónica las instrucciones de uso más
ortodoxas.
La última característica que se debe conocer sobre el
ingrediente es que para desplegar su máximo esplendor es necesario hacerlo
reaccionar con algún tipo de grasa. Mi preferida es sin duda el aceite de
oliva, pero en El Trasgo podemos ver a la trufa lucirse con la yema y con la
nata de la leche de manera original.
La segunda limitación que dificulta el menú es el riesgo de
monotonía a la hora del maridaje. Un buen cava como el propuesto es un
acompañante perfecto para la trufa, pero el paladar no entiende de monogamias.
Un menú tan largo, generoso y lleno de matices exige más variedad de caldos.
Los aspectos comerciales y de patrocinio impiden un mejor tratamiento en la
elección del vino pero, bien es cierto que, gracias a ello podemos disfrutar de
un manjar de reyes a un precio tan ajustado como el de 30 euros.
Una oportunidad que no se puede dejar escapar en el mes en
el que nos abandona el invierno. La primavera llegará cargada de savia nueva y
refrescantes productos, así que mientras todavía se pueda disfrutemos de una
propuesta de este nivel, que nos dejará un recuerdo al que aferrarnos en los
tiempos de las ensaladas que se avecinan.
El menú degustación de las Jornadas de la Trufa está
disponible todos los días de la semana, durante todo el mes de marzo, en
horarios de comida y cena. El menú se sirve a mesas completas. Para
localización y reservas:
Calle Pamplona Escudero 28, Zaragoza
Teléfono de reservas: 976352007
Correo electrónico sidreríaeltrasgo@hotmail.com
Web del restaurante: http://www.eltrasgorestaurante.com/
Jornadas de la
Trufa con FreixenetMeritum en El Trasgo
Entrantes y servicio de pan
La recepción a la mesa comienza con el descorche del cava
acompañado de una excelente cecina rociada de buen aceite de oliva, obsequio de
la casa. El pan sigue prometiéndose como uno de los mejores de la ciudad:
imponente y contundente, como nos gusta en las tierras esteparias.
Patatita asada rellena de yema trufada sobre natilla de
cebolla
El orden del menú no se correspondía con el anunciado. El
arroz pasó al final del menú que se abrió con esta joyita. Dos aspectos
destacan en esta elaboración. Por un lado la contundencia desenfrenada de la
natilla de cebolla, no apta para paladares poco acostumbrados a sabores
verdaderos. La concentración de cebolla respeta el gusto de un ingrediente que
cada día se consume más rebajado y soso. Además el plato esconde la sorpresa
interior de la patata. Dentro de su harinosa textura encontramos agazapada la
perla del plato: una cremosa yema trufada que estalla al liberarse. La
fragancia se percibe por todo el local. El contraste entre la monotonía
cromática y la profundidad del aroma escondido es tal que recordamos la mano
juguetona del chef, que a buen seguro se esconde sonriente entre sus fogones.
Falso huevo duro relleno de hongos sobre nido de Kadaif
Si antes hablábamos de monotonía cromática y visual, este
plato representa todo lo contrario. Escenografía real de un nido. Uno se siente
violando la intimidad hogareña de un familia de aves. Vamos a asaltar la cuna y
devorar al bebe que descansa en su cuna. Un misterioso huevo descansa sobre un
nido de pasta crujiente. La pieza se ha reconstruido a la manera de huevo duro
juguetón. Y digo juguetón, por esconder una yema muy especial. El color y los
efluvios de los hongos se mezclan con los de la trufa al abrirlo. La textura de
la farsa respeta la de la yema cuajada que debería estar hay. La sorpresa y el
carácter juguetón continúan siendo la tónica.
Arroz braseado trufado sobre sushi de esturión y pompas de
terciopelo de coco-soja
En este caso, la sorpresa no está agazapada en un rincón
misterioso del plato, sino que a la manera de nuestros quimicefasinfantile, en
la mesa se experimenta con una de las marcas de la casa: las reacciones
químicas que producen humos y espumas que envuelven el plato. En este caso se
trata de una leche de coco y soja que se escapa a borbotones de un vasito
impregnando un arroz con un líquido que hará rebelarse la invitada especial que
es la trufa. Quizá sea culpa mía, pero las aspiraciones del plato se me
deshicieron con la espuma. Por criticar algún aspecto de la cena no supe
encontrar el punto del arroz y no aprecié el ascenso de la trufa. Demasiada
ambición o falta de predisposición del comensal que escribe estas líneas. Quizá
con un simple cambio en el orden de los platos me hubiesen permitido apreciar
los matices que prometía el trabajado plato. Por cierto, al esturión sólo le faltaba hablar y ser de Río Frío en Granada para ponerse a cantar unas saetas. Bárbaro.
Cuajada con perlas heladas de fruta de la pasión y frutos
secos caramelizados
Si una marca de la casa son los juegos con las reacciones
químicas, otra sin duda son los postres. Sólo el hecho de no echar en falta la
afamada y aclamada torrija ya lo dice todo. El Trasgo se caracteriza por no
tratar los postres como si fuesen tristes petitfour.
Se trata de un plato más y lo hacen saber. En este caso es todo un misterio.
Aunar una excelente y agelatinada cuajada aromatizada por trufa sobre una cama
de frutos secos, que evocan la tradicional garrapiñada, con los toques ácidos
provocados por unas esferitas heladas de fruta de la pasión, debe de ser una
tarea ingente. El helado se va fundiendo formando una sopa que ataca
inmisericorde a la cuajada que, por otro lado, no opone ninguna resistencia.
Todo un conjunto en el que nada desentona. Generoso como sólo lo puede ser un
postre. Sin abuso de azúcar que enmascare la verdad. Y además, si te lo sirven
acompañado de un buen café, a uno la invade la sensación de que el comensal de
El Trasgo es siempre alguien importante.
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